Nasreddin, el personaje más listo y travieso de todos los que han
existido, entró en casa de su vecino. Y le pidió:
-Tendrías que darme unas cuantas monedas. Estoy haciendo una
colecta a favor de un pobre hombre que debe mucho dinero y que
ya no sabe cómo hacer frente a sus acreedores.
El vecino de Nasreddin, que era un buen hombre, le dio unas
monedas y le dijo:
- Eres una persona de buenos sentimientos Nasreddin. Y dime,
¿Quién es este pobre hombre endeudado?
-Soy yo mismo – Respondió Nasreddin.
Al cabo de unos meses Nasreddin volvió a la casa de su vecino,
el cual al verlo le preguntó:
-Qué, ¿quizás haces una colecta destinada a un pobre hombre
que debe dinero y no lo puede pagar?
- Eso mismo – respondió Nasreddin.
- Y naturalmente ese infeliz endeudado debes ser tú mismo, claro…
- No – rectificó Nasreddin – Es un carpintero que se ha quedado
sin trabajo y que se llama Tumart.
El Buen vecino metió la mano en el bolsillo y saco dinero que
entregó a Nasreddin, preguntándole:
- ¿Cómo es que te dedicas a hacer una recaudación para otro?
- Porque el dinero me lo debe a mí – Aclaró Nasreddin.
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Tras la lectura del cuento Las Deudas de Nasreddin, haz un comentario
a la siguiente pregunta:
De los dos personajes, ¿Quién consideras que es mejor persona,
honesta y humanitaria? ¿Por qué?
Busca nuevas situaciones y actitudes sinceras que pueden
presentarse a Nasreddin y a su vecino.
30/5/09
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